Reme Mazzolari atribuye "a una persecución política" la acusación que llevó al fiscal a abrir las diligencias
LEVANTE. El titular del juzgado número de Llíria 5 ha archivado la causa
abierta contra la concejala de Urbanismo de esta población, Reme Mazzolari, por
los delitos de tráfico de influencias (recogido en el artículo 428 del Código
Penal) y de negociaciones prohibidas para las autoridades (441 del CP). El
magistrado cierra las diligencias en la fase de instrucción, sin ni siquiera
abrir juicio oral, tras tomar declaración como imputada a Mazzolari y tras
interrogar como testigos al secretario, al interventor general y a una auxiliar
administrativa, los tres del consistorio edetano, y al exconcejal de
Contratación, Ángel Civera. El auto absolutorio, con fecha del 17 de julio,
determina que "no hay trascendencia penal" en la actuación de
Mazzolari, en la adjudicación de dos contratos por parte del Ayuntamiento de
Llíria a una firma en la que trabajaba su esposo como ingeniero. El juez decide
"sobreseer las actuaciones" porque no ha habido "perpetración de
infracción penal".
Además, subraya, que ha comprobado "que ni la concejala ni su marido
tienen participación social en la mercantil adjudicataria" de los
contratos. Por ende "no resulta acreditado que la imputada tuviera
intención de beneficiar a la empresa empleadora de su marido" ya que
tampoco participó "en las plicas ni en el proceso" de adjudicación de
los dos contratos, uno para confeccionar el mapa acústico de Llíria en 2008 y
otro para elaborar un estudio de control ambiental de las instalaciones donde
posteriormente se construyó la planta de transferencia de residuos de Llíria.
El
juez ya desestimó otra denuncia
Conviene destacar que el juez ya había desestimado, en otro auto anterior al mencionado, en septiembre de 2012, que Mazzolari en el ejercicio de su cargo, hubiera incurrido en otros delitos contra la administración pública como prevaricación y que se le imputaban en la misma denuncia.
La clave de la cuestión reside en que el esposo de la munícipe solo era un mero
trabajador de la empresa que logró adjudicaciones, por valor de 60.000 euros.
Además, la concejala no intervino directamente en el proceso de adjudicación,
que aunque se falló sin publicidad, se dirimió mediante la invitación a otros
dos mercantiles, cuyas ofertas fueron desestimadas por los técnicos y por los
responsables políticos por ser menos favorables para el consistorio. Mazzolari,
tras ser preguntada por el archivo de la causa, confirmó la existencia de este
auto y atribuyó la denuncia ante la Fiscalía "a una persecución política
iniciada contra mi persona hace años". Luego concluyó que no ha incurrido
"en ninguna actuación ilegal".
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