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viernes, 20 de septiembre de 2013

Funcionarios a la medida del poder

La plantilla de la Generalitat evidencia la existencia de puestos con retribuciones superiores a la media donde recalan funcionarios afines al Consell

LEVANTE. La Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de la Generalitat difundida el pasado martes evidencia las maniobras del Gobierno popular para crear una red de funcionarios afines mediante el diseño de plazas a medida que, en muchos casos, están sobrevaloradas retributivamente. El personal «agraciado», bien ocupa diversos puestos de jefatura, bien es coordinador-asesor, una figura creada en la etapa de Francisco Camps, para incrementar el personal de confianza sin alterar el número de asesores asignados a cada consellería.

La plantilla oficial hecha pública por el Consell después de tres años constata no sólo que la relación de estos asesores camuflados se ha consolidado y se ha asumido por el Consell de Fabra, sino también los «privilegios» que, a diferencia del resto, poseen los funcionarios que ocupan estas plazas. Tanto estos casos como en otros, que sobre todo afectan a puestos de jefaturas, han sido objeto de alegaciones sindicales, que ya han avisado al Consell en su escrito que una cosa la «discrecionalidad» en la potestad autoorganizativa de la Generalitat y otra la «arbitrariedad». El sindicato ha detectado números casos «sospechosos» y exige a los responsables de Función Pública una rectificación.

El trato de favor que, según el análisis sindical, se da a determinados funcionarios ubicados en sitios clave en la estructura administrativa adopta diversas formas y es difícil de detectar a simple vista, máxime ahora que la actual RPT es muy diferente a las anteriores. En aplicación de la ley de la función pública, los puestos incluyen el requisito de pertenencia a un cuerpo o agrupación profesional, al tiempo que se incorporan las nuevas titulaciones del modelo Bolonia y los de los ciclos formativos de formación profesional. Al río revuelto de la nueva estructura de la función pública, el Consell ha encontrado atajos para acercar y promocionar a determinados funcionarios en detrimento de otros. De un lado, una amplia relación de puestos unos 80 son de libre designación, de tal manera que los funcionarios son reclamados por el establishment y colocados «a dedo», sin que otros puedan libremente optar mediante un concurso. Las jefaturas de servicio, por ejemplo, cuyo requisito de acceso era antes el concurso, ahora es de libre designación.

Con este punto de partida, el Consell, además, ha flexibilizado el resto de condiciones que debe tener un funcionario para poder acceder a los puestos más sensibles o cercanos al poder. Así, por ejemplo, muchas de estas plazas son grupos barrados, están abiertas a otras administraciones y es indiferente si el funcionario en cuestión procede del sector de la administración general o de la administración especial. El resultado es un puesto a la carta, en el que encaje sin problemas el funcionario en cuestión que el alto cargo quiere tener a su lado.

Así, por ejemplo, un coordinador asesor o un jefe de servicio puede proceder, por poner un ejemplo, de un ayuntamiento. Además, según ha detectado intersindical, los puestos están sobrevalorados retributivamente, de tal modo, que se pasa por alto la propia normativa del Consell donde se establece qué nivel de complemento mínimo o máximo corresponde según el nivel de titulación. Y de nuevo el ejemplo de coordinadores asesores o jefaturas con niveles retributivos muy por encima de su titulación. El sindicato advierte de que, además del agravio comparativo que supone para otros funcionarios, esta estructura hipoteca el capítulo 1 pues si la «promoción» dura dos años, el funcionario consolida su salario de por vida, aunque regrese a un puesto de menor categoría.

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