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jueves, 6 de marzo de 2014

Las tres causas principales de la desmotivación laboral


    ¿Qué es los que realmente nos desmotiva y cómo podemos solucionarlo?
    Recursos Humanos. El desequilibrio emocional afecta a nuestro rendimiento, hace que magnifiquemos las cosas y no sepamos cómo conseguir los objetivos que nos marca la empresa. Los pequeños problemas nos angustian y la relación con los compañeros ya no es tan fluida. ¿Qué es lo que realmente nos desmotiva y cómo podemos solucionarlo?
    Pese a que todos podemos tener un mal día, el ambiente generalizado de desmotivación y apatía en el que aún estamos inmersos afecta a nuestro trabajo y a las distintas tareas que tenemos que llevar a cabo en él. Mikah de Waart, experto en motivación laboral y personal, ha expuesto las tres causas principales de desequilibrio y desmotivación de los españoles en la actualidad.
    No se alcanzan los objetivos marcados. Trabajar día tras día pero no conseguir los objetivos marcados nos lleva al miedo, al pensar que, quizá, nuestro empleo esté en peligro. A nivel personal, nos hace sentir poco exitosos y, en ocasiones, hasta fracasados. ¿Cómo solucionarlo? Los objetivos tienen que ser concretos, realistas y ambiciosos, fijados tanto en equipo como de forma individual, lo que ayudará a focalizarlos y a que una persona se sienta motivada.
    No hay buen ambiente entre los empleados. Muchos equipos de trabajo no se comunican entre ellos o no colaboran en conjunto. Existen muchas presiones y contenciones entre ellos que generan estrés, que, a la larga, afectan a nivel personal. Mikah de Waart explica que solemos acostumbrarnos a estas situaciones y a no tomar medidas. “Lo que antes era ocasional en las empresas, ahora se ha convertido en un estilo de vida”, asegura este experto. De Waart sugiere hablar de lo que se percibe en el ambiente y pedir iniciativas para mejorar las relaciones en el departamento.
    No existen recompensas. Se trata de la falta de atención y de valoración, más que de una recompensa de tipo emocional por parte de los responsables hacia los empleados. Tal y como apunta De Waart, la mayoría de jefes creen que la única recompensa reside en el sueldo de final de mes. Y es en este punto, que suele escasear más que antes, donde se debe de tener en cuenta la parte emocional, es decir, pensar si la persona tiene en cuenta los esfuerzos que están realizando los demás. Todos buscan una recompensa que puede darse cuando alguna acción se realiza con éxito, un cumplido eficaz para que la motivación esté presente en el trabajo diario.

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