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lunes, 9 de febrero de 2015

La Generalitat intenta «atar» plazas clave de funcionarios antes de las elecciones

  • La Conselleria de Hacienda propone a los sindicatos un nuevo decreto para regular los concursos de méritos y consolidar puestos de jefatura


EFE Con las elecciones a la vuelta de la esquina y un probable cambio de inquilino en el Palau de la Generalitat, los movimientos en el ámbito de la función pública son evidentes, especialmente, los que se producen en la cúpula funcionarial. Como ya informó este diario, los habitantes de la Generalitat parecen moverse el grito del «sálvese quien pueda» con distintos movimientos de funcionarios que han trabajado al calor de la administración popular con el objetivo de resituarse ante el posible cambio de gobierno. Junto al aceleramiento de los nombramientos de libre designación en los escalafones más altos de la función pública (jefaturas de servicio), el Consell intenta dejar atados otros puestos claves: las jefaturas de sección, de coordinación y de equipo (muchas de ellas vacantes) y que deben cubrirse mediante el procedimiento de concurso.

Para ello, la Conselleria de Hacienda y Administraciones Públicas (que tiene las competencias de Función Pública) ha elaborado un decreto por el que se aprueba el reglamentode selección, provisión de puestos de trabajo y movilidad personal. Esta norma tiene por objetivo regular los procesos de promoción interna de los funcionarios adaptándose a la ley de la función pública valenciana de 2010. El borrador lleva meses circulando, pero ha sido rechazado por los sindicatos, entre otros motivos, porque introduce un elemento de arbitrariedad en el listado de méritos que se tienen en cuenta en los concursos para adjudicar las plazas de jefatura. Así, según consta en el documento al que ha tenido acceso este diario, junto a los criterios objetivos existentes hasta ahora (antigüedad, grado de desarrollo profesional, formación) se introduce la entrevista personal, por la cual se podrá obtener una puntuación de hasta un 30 % del total de todos los méritos puntuables.

En concreto, el polémico punto, incluido dentro de formación, establece que se tendrá en cuenta «el resultado de una entrevista que tendrá como objetivo valorar la adecuación del perfil profesional y aptitudes de la persona participante, sus posibles iniciativas para el mejor desempeño de las funciones y tareas del puesto, así como cualquier otro mérito no recogido en las bases de la convocatoria». Más adelante, el decreto especifica que la entrevista no podrá tener una puntuación superior al 30 % y abre la puerta a que en las convocatorias se establezca que sólo podrá someterse a la entrevista a aquellos aspirantes que hayan logrado un mínimo de puntos por el resto de criterios.

En el decreto de provisión en vigor, que data de 1999, no se contempla una entrevista personal, sino una prueba oral sobre una memoria escrita. Los sindicatos consideran que existe una diferencia fundamental entre una entrevista a la realización de preguntas en torno a una memoria que está escrita previamente. En caso de conflicto o de disconformidad por la adjudicación de una plaza, el documento escrito es una prueba mucho más objetivable que una entrevista personal. De hecho, los sindicatos opinan que el nuevo decreto en realidad acerca los concursos de méritos a la libre designación al introducir un margen importante de discrecionalidad. Apuntan a que tras tantos años de servicio, la mayoría de los funcionarios que compiten por estas plazas tienen una puntuación similar, por lo que la entrevista, con hasta un 30%, decantaría en la mayoría de las veces la decisión.

Desbloquear los concursos
El Consell impulsó hace más de un año los procesos de libre designación para los altos funcionarios. Estos nombramientos son provisionales, ya que son una especie de personas de confianza que pueden ser cesados de forma discrecional. Ahora bien, su tiempo en estas plazas les permite consolidar el sueldo.

Los sindicatos (ver alegaciones de UGT) se han negado a negociar el nuevo decreto de selección (el diálogo está roto de nuevo por la decisión de Hacienda de no devolver la extra completa a los funcionarios de Justicia) y retan a la Conselleria a que desbloquee los concursos para promocionar al resto de funcionarios, pero con las reglas del juego del decreto del 99 donde no figura el método de la entrevista. «Si han podido acelerar el proceso para 700 puestos de libre designación, pueden hacerlo para el resto», reflexiona un representante sindical que ve en este decreto un intento de blindar funcionarios afines.

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