LEVANTE. Algunos vecinos interpretaron el cartel de "cerrado"
que el sábado colgaba de la puerta del retén de la policía local de Albaida
como una inocentada de mal gusto, pero nada más lejos de la realidad. El
gobierno municipal decidió prescindir del servicio durante las mañanas y tardes
del pasado fin de semana y los ciudadanos fueron desviados al 112 y a la
Guardia Civil.
Se trata, según explicó ayer el alcalde, Josep Antoni Albert, de
una decisión "de fuerza mayor" precipitada por el hecho de que la
mitad de agentes de la plantilla están fuera de servicio por baja o excedencia
pero también por la situación de quiebra por la que atraviesa un ayuntamiento
intervenido que, indica Albert, no puede asumir el pago de más horas extra a
los trabajadores de la Policía. La oposición clamó contra una medida que el
ejecutivo califica de "excepcional", aunque sin descartar que el
escenario vuelva a repetirse en lo sucesivo.
La incorporación de un agente en
comisión de servicios el próximo jueves podría evitar un nuevo fin de semana
sin servicio, aunque nada está aún garantizado. Según revelan fuentes
municipales, de los 14 agentes en plantilla, dos cuentan con una excedencia,
cuatro se encuentran en régimen de comisión de servicios, dos están de baja por
"enfermedad común" y otro por un accidente laboral.
Otras fuentes
apuntan que dos de los policías de baja padecerían depresión. "No tenemos
disponible a casi la mitad de la plantilla, no podemos pagar horas extra ni
forzar a los agentes a unas modificaciones horarias a las que tienen derecho
legal a oponerse", sostiene el regidor de Policía de Albaida, Vicent Ruiz.
El alcalde restó ayer gravedad a la situación, puntualizó que la policía estuvo
activa entre las 6 y las 22 horas del sábado y el domingo y aseguró que no se
registraron ni problemas ni quejas vecinales.
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